EDIFICIO de la ANTIGUA FABRICA DE CUADERNOS DELLA PENNA y Luego Oficinas Centrales de PAPELERA MASSUH Nacido en Italia en 1879, don Carlos Della Penna arribó a nuestro país a los 20 años de edad. Como muchos inmigrantes llegó siendo muy pobre, con su reciente título de Ragionere (tenedor de libros) y comenzó su actividad comercializando papel, y como improvisado maestro, primero en Lobos y luego en Buenos Aires. Emprendedor y filántropo, fue un exitoso empresario de la industria papelera, encuadernación, imprenta y editorial. Don Carlos fue comprando los terrenos donde hoy se erige el edificio de uno en uno. Primero fue depósito de papel, y luego imprenta. En su empresa fue incorporando personal inmigrante, fundamentalmente italianos que llegaban al país en los albores del siglo XX. Siempre tuvo una relación muy familiar con su personal con quienes tejio relaciones de confianza que se tradujeron en un fuerte sentimiento de pertenencia a la empresa. Por ello, en el período de entreguerras mundiales, con dichos inmigrantes, trabajando fuera de los horarios de la imprenta, y sábados y domingos, fue construyendo los edificios, en etapas. En contraprestación, y con la paga extra que recibían por ello, Don Carlos ayudaba a sus obreros para que estos pudieran construir sus hogares. Como filántropo, Carlos Della Penna concentró su aporte en promover la educación y consolidar los lazos entre su Italia Natal, los inmigrantes y su país por adopción. En Catalinas Sur, donó la Escuela que lleva su nombre, pensando en los hijos de aquellos italianos que vivían en la zona de la Boca. Promovió un concurso arquitectónico que ganó en ese entonces el joven arquitecto Juan Manuel Borthagaray de 36 años, quien proyectó la Escuela Italo Argentina Carlos Della Penna, de inusual avanzada tanto desde lo pedagógico como desde lo arquitectónico. Don Carlos contribuyó al premio de Estímulo al Docente y el programa radial y televisivo Justa del Saber. Fundó una Escuela de Artes y Oficios y colegio para niños carenciados en Vasto, Abruzzo, su pueblo natal. Nunca se casó y por lo tanto no tuvo descendencia directa, y su legado se materializó en sus obras a la comunidad educativa, la cultura, los niños y la ancianidad. A principios de la década del 70 la planta industrial se muda a San Luis, y en el edificio se mantiene la administración central y los depósitos de materias primas y productos terminados. Como curiosidad los encargados del stock, comentaban que, al haber incorporado en forma sucesiva distintos predios, y como el terreno natural tiene una pendiente desde 24 de Noviembre a Sanchez de Loria, este declive bien fuera si morigerado, se repite en el mismo edificio. Ya grande y sin continuidad familiar Don Carlos vende su empresa a Papelera Massuh, que fuera fundada por otro self made man, radicado en Tucuman, en ese momento Don Amin Massuh, hijo del periodista y escritor Yubran Massuh, inmigrante de Siria, de donde emigró ante las presiones que sufría la comunidad Cristiana Ortodoxa. Don Amin Massuh constituyó un verdadero imperio papelero, continuado por sus descendientes, y al momento de adquirir Casa Della Penna, ya poseía otras 10 empresas del sector. Así quedan bajo una misma empresa marcas tradicionales de productos de papelería impresa como Laprida, Congreso, Mis Apuntes, Miguel Angel, Cuadernos Della Penna, y otras. Papelera Massuh concentra en el edificio el movimiento de productos terminados, y luego reforma una parte del mismo y traslada aquí su administración central. En el frente que da hacia Sanchez de Loria, crea un supermercado mayorista de artículos de papel, librería y anexos. Este conjunto empresarial papelero, sobre expandido, ya bajo la conducción de Hector Massuh, un hijo de Don Amin, entra en dificultades financieras, que la obligan ya en este siglo, a desprenderse de los activos y las empresas, y muchas de estas entran en quiebra. En esa reestructuración, este inmueble pasa a propiedad de uno de los bancos acreedores de Massuh, que en 2019 la vende. Los compradores adquieren la propiedad para desarrollar en ella un hub de start ups de tecnología e innovación, dado que el inmueble, además de su atractivo, se encuentra en el corazón del Distrito Tecnológico, que habrá de definirse y concretarse una vez que en la post pandemia se defina la nueva normalidad de las formas de trabajo.
ESTE EDIFICIO NO REQUIERE INSCRIPCIÓN PREVIA.
Deberás presentarte dentro de la franja horaria indicada y con debida anticipación al horario de cierre para garantizar el ingreso. Deberás presentar tu DNI. La última visita inicia media hora antes del cierre indiciado.